Viernes 28 de septiembre de 2012
Andrea Parra Vélez
Cód. 1088 276 709
La Sistematización
“SISTEMATIZAR
O NO, HE AHÍ EL PROBLEMA”
Acerca
del documento leído en una de las clases de Observación y práctica docente
parcial 1 “Sistematizar o no, he ahí el
problema”, del profesor Carlos Eduardo Vasco podemos aludir a este como un
propuesta muy interesante para enseñar en el aula de clases de una manera
sistemática, siendo conscientes de que sabemos y queremos transmitir esos
saberes a nuestros alumnos. Para sistematizar nuestros saberes es necesario
reflexionar, escribir, borrar, rescribir, documentarse…Y no quedar nunca
satisfecho; el docente tendrá la posibilidad de elegir o no sistematizar lo que
sabe, si decide que lo hará podrá innovar en el aula y producir conocimiento de
una manera diferente aunque es de aclarar que esta novedosa forma de enseñar es
pensada no solo para la educación formal sino también para la informal o
popular, por tanto no solo hablaremos de aula de clases sino también de otros
espacios donde tenga lugar la interacción entre quien enseña y quien se dispone
a aprender.
Lo
más importante según el maestro Vasco es el saber que adquirimos con la
experiencia y que sabemos que este existe porque lo ponemos en práctica, lo
aprendimos de ella y lo seguimos mejorando en ella misma, orientando así a los
que participan en esta. Para que este saber trascienda y no se quede aislado es
necesario actualizarse a nuevas metas y circunstancias que permitan enseñar de
una manera más significativa.
En
este sentido podemos observar que lo que busca un poco el estudioso en su
sistematización es privilegiar la existencia social del saber, es decir, que
los saberes que tenemos y que están implícitos pasen ahora a ser explícitos,
delimitados, precisos, verbalizados y argumentados, logrando así que el saber pase a ser conocimiento una vez hecho el proceso de escritura
ordenada y documentada de los saberes adquiridos con nuestra experiencia.
Es
importante señalar que en el proceso de sistematización hay que ser muy cuidadosos
para no extraer de los saberes que pretendemos enseñar su sustancia, se debe
tratar de provocar al estudiante con nuevas formas, contagiarlos no a que ellos
repitan y mecanicen lo aprendido sino que esos mismos conocimientos los lleve a
innovar.
Otra
idea sugerida por nuestro autor en cuestión es la posibilidad de comparar una
experiencia educativa con otras experiencias, tanto propias como ajenas. Esto
conllevará a un enriquecimiento ya sea desde la educación formal o la popular;
la una puede tomar aportes de la otra lo que el autor denomina como una experiencia comparativa.
Finalmente,
la sistematización es un proceso que implica una propuesta ordenada, dedicación
y trabajo por parte del docente que logrará trascender en la medida en que éste supere las
dificultades presentes en el camino y se valga de las experiencias para
fortalecer las debilidades y darle existencia social a su saber.
Viernes
28 de septiembre de 2012
Andrea
Parra Vélez
Cód.
1088 276 709
Observación
y práctica docente parcial 1
LA EDUCACIÓN COLOMBIANA: HISTORIA Y
REALIDADES
Referente
a lo expuesto por el autor José Fernando
Ocampo acerca de la educación colombiana podemos ver un recorrido muy interesante de lo que ha sido ésta
a partir de la segunda mitad del S. XX, señalando logros a favor de ésta sin
dejar de lado los puntos más neurálgicos de esta importante labor. Inicia este
recuento histórico con tres elementos que determinan la historia de la
educación pública en Colombia, en el tiempo que ya hemos anotado: La perdida de
legitimidad de la iglesia católica quien dominaba la enseñanza en nuestro país
desde la época de la colonia, la injerencia de organismos internacionales
controlados por Estados Unidos (1950 en adelante) afectando el devenir
histórico de la educación colombiana y por último la lucha de la resistencia
librada por el movimiento magisterial, los estudiantes, comunidad educativa y
la misma sociedad que defendía la educación pública.
Con
lo anterior Ocampo hace un pequeño paréntesis para decirnos que uno de los aspectos más
relevantes de la educación a diferencia de la economía y la política es que
ésta puede avanzar en los momentos de mayor crisis social, quedando así
relegada la postura de muchos de que “Si no
cambia el sistema, no cambiará la educación”.
La
educación tuvo tres transformaciones revolucionarias: La Ley General de Educación, el estatuto docente y la Ley 60/93… En
1994 la Ley General de Educación se consolida como un avance a favor de la
educación científica, da nuevas luces a la educación pública; generando
confrontación entre el estado y la sociedad y aún con la oposición de algunos
Neoliberales de la época como el Expresidente César Gaviria Trujillo, el ministro de hacienda, Rudolf Hommes,
entre otros de sus representantes, pero lo cierto de todo es que se consolida
una revolución en el campo educativo al liberar la educación del control de la
Iglesia Católica y del estado.
El
Estatuto Docente por su parte, desde un punto de vista histórico logra igualar
en dignidad y salario a los maestros de primaria y de bachiller, la
cualificación académica de los maestros con la posibilidad de ubicarse en un
escalafón y ascender a otros; por último logra defender a los docentes del
chantaje, politiquería, persecución política y el abuso de autoridad por cuanto
se dio estabilidad del régimen disciplinario.
Estas
dos últimas, la Autonomía escolar y el Estatuto Docente generan la Ley 60/93
que se ocupa del problema financiero y administrativo de la educación.
Posterior
a las reformas antes mencionadas Ocampo nos menciona que surgen tres
luchas de considerable importancia: El movimiento estudiantil del 71, los paros
contra la municipalización y contra la privatización de la educación. Durante
el tiempo en el que estas luchas se dieron, el año de 1971, se vincularon a
estas tanto estudiantes universitarios como de bachillerato y luego profesores
universitarios, pretendiendo así que la transformación de la educación en las
universidades “sirviera al país y no a la
dominación extranjera”.
En
1950, siguiendo con el recorrido histórico de la transformación de nuestra
educación, cuando la economía de Colombia se ha vuelto dependiente del
endeudamiento externo, estos fondos que proporcionan el capital condicionaron
el normal desenvolvimiento de nuestro país y ello repercutió nuevamente en
nuestra educación nacional, sometiéndola a que una entidad como el banco
mundial la oriente y genere cambios considerables en ella.
No
podemos omitir lo señalado por el autor en cuestión acerca de los tres
atentados contra la educación: la doble jornada estudiantil, la promoción
automática y el programa de madres comunitarias. Estás tres evidenciaron
interés egoístas, por una parte la doble jornada redujo la intensidad horaria
tanto en primaria como en bachillerato, la promoción automática permitió que
estudiantes con bajo rendimiento académico tuviese más oportunidades de ser promovido
al siguiente grado, derrumbando así en los estudiantes la consciencia de
estudio, de rendimiento, de esfuerzo y de trabajo académico. Por último las
madres comunitarias quienes pasaron a “educar” y cuidar a los niños de las
familias más pobres Colombianas, pero sin tener siquiera una mínima formación
pedagógica.
Surgen
ahora tres nuevas frustraciones pedagógicas deslindadas por Ocampo:1) La
renovación curricular, con la implantación de la tecnología educativa y el
diseño instruccional donde se tenía como referente programas estadounidenses,
la pedagogía se convierte en técnica donde las formulas sistemáticas llevan al
aprendizaje. Así surge la segunda frustración una fiebre constructivista como
producto de la filosofía individualista, la epistemología idealista y de la
moda postmoderna y como efecto de dicha fiebre que una nueva resolución, la
2343 de 1995; proporcionada de un estilo carente de buenas decisiones y por
consiguiente abstracto. Y el Nuevo Colegio como tercera frustración, es
mostrado como una “reorganización del sistema educativo”, donde no importó la
pedagogía, ni la ciencia, ni al tecnología, ni el aprendizaje, solo la decisión
arbitraria de autofinanciación y vinculación propia de docentes en las
instituciones que conducían más a una privatización de la educación.
Finalmente,
José Fernando Ocampo, sugiere dos epílogos donde reconoce su interés por hacer
un breve recorrido histórico por la educación colombiana, centrándose
especialmente en la calidad de esta y cerrando con broche de oro aludiendo a la
contrarreforma de 2001 donde queda claro que hay unos objetivos explícitos de
una nueva política educativa.
BIBLIOGRAFÍA
LA
EDUCACIÓN COLOMBIANA. Historia, realidades y retos. Ocampo, José Fernando. Año
2002. Págs 17-44.
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